jueves, 19 de mayo de 2011

Hasta que un día te das cuenta...

...de que es todo producto de tu imaginación. Crees que todo este tiempo te has negado a aceptarlo, no paras de reprocharte lo ilusa que eres. Sin embargo, en el fondo sabes que si lo sentiste así fue porque tenías motivos; cuando el río suena, agua lleva. Pero, claro, entonces, ¿qué respuesta das al por qué de este sinsentido? Vale, se me ocurren algunas más a parte de la ya nombrada, pero visto lo visto, mejor pasarlas por alto, pues de esa manera evitaré volver a caer en la puta trampa que mi cabeza/corazón me tiende. Me la ha vuelto a jugar. Un día quieres dejar el mundo entero por mí, y la misma noche te aburres y ya no soy para ti. Dudo que sepas lo que es sentirse poco valorado, pero te adelanto que es aún más triste hacérselo sentir a alguien. Todo lo que soy, todo lo que hago, todo lo que doy...¿no sirve para nada? ¿Es en vano?Ojalá tuvieras las cosas tan claras como quieres aparentar. No sé qué pretendes ni qué no, lo que sí sé es lo que voy a hacer ahora...de aquí a dos semanas no pasarás por mi mente más que como un simple dolor de cabeza, o quizás ni eso. Ya después, nuestro gran enemigo el tiempo lo dejará ver todo.

Ya no sé si es un rasgo inherente a la naturaleza masculina, si es producto de la incoherencia que todo hemos creado o si es simple y pura indiferencia. Es curioso que este tipo de comportamientos hipócritas se repita tanto en un número tan reducido de tíos. No sé, puede que justo esa cifra esté mal escogida.



Casualidades de la vida...o no. ¿Las casualidades pueden ocurrir más de una vez?

No hay comentarios: